31 enero 2008

El Cuatrocientista Murió al Amanecer

Esto fué publicado por la revista de Atletismo “A sus Marcas”, allá por los años `80, que editaba el Club Argentino de Atletismo, dirigida por Gerardo Bonnoff (ex Record Nacional de 100 mts llanos).
Consideramos muy interesante y que debería ser leído con atención por aquellos que acostumbran a copiar literalmente los planes de entrenamiento realizados por grandes Atletas y aplicarlos posteriormente a principiantes con las fatales consecuencias que ello trae consigo.
Esperemos les guste y también nos ayude a reflexionar.

El Cuatrocientista murió al Amanecer


Cuento corto que ni es cuento ni corto


El día había empezado mal para mí por esa costumbre que se han tomado los planilleros de preguntarle a uno el año de nacimiento, antes de anotarlo en una prueba. Basta decir 1949 para que se dieran vuelta hasta los cronometristas, mientras los chicos se codean, como para que nadie se pierda al “fenómeno”.
Cuando los parlantes de Gimnasia y Esgrima anunciaron casi sin piedad que un servidor había marcado 58 segundos y fracción para los 400 metros, enfilé hacia la salida a mucha mayor velocidad que la que había mostrado en la pista, pero no la suficiente como para evitar que alguien me susurrara algo referente a unas muletas.
Mientras caminaba por el lago me dije: Acá hay que tomar medidas y no las de la pista, porque no hay dudas que son 400 metros. Si dejar de fumar por una semana, comer todo lo que me apareció ante mi vista, y beber sólo gaseosa no alcanzó más que para rebanarle unas décimas al minuto, acá hay algo que está fallando.
Una parte de mi conciencia me decía: lo que falla es la libreta de enrolamiento; la otra le adjudicaba el problema a la falta de un entrenamiento adecuado.
Como uno no es de entregarse así no más, estuvo de acuerdo con la segunda sección de mi conciencia; y el lunes me apersoné en la librería de Don Gerardo, para llevarme por el equivalente a tres almuerzos de parado en el centro, el libro “Técnicas del atletismo” de Mortensen y Cooper, una ganga.

Ansioso por encontrar el informe para salir de perdedor, esa misma noche me devoré el libro.
Cuando en la página 13 hablando de la búsqueda de Atletas, los autores dicen:” En general, los Atletas mejor condicionados físicamente para conseguir descollar en la prueba de 400 metros. Son los de tipo enjuto y ligero”; yo me froté las manos pensando que estos señores habían hecho un trabajo a mi medida.
Desesperado por conocer mi tabla de salvación, me fui (saltando algunas páginas) derecho al capítulo de entrenamiento para 400 metros.
De las variantes propuestas elegí la que en la página 91 califican”….proyecto para Atletas veteranos y curtidos, cuya madurez permite intentar establecer alguna marca”.
Se me estaba dando todo;“veterano y curtido… ¿Quién otro mas que yo?
Para el lunes; el menú indicado era “correr 6 veces 500 metros marcando un tiempo aproximado de 1 minuto 17 segundos y 5 décimas”. Ahí pensé, ¿Qué pasa si uno las ejecuta en 1 minuto 17 segundos y 6 décimas?... ¿no vale y hay que empezar de nuevo?... ¿habrá que injertarse un cronómetro en el cerebro?...bueno, detalles secundarios que obvié, porque el lunes ya había pasado y venía el martes.
“Martes: hacer 15 carreras de 200 metros en 24 ó 25 segundos, aproximadamente cada una “.
Yo pensé; el Domingo quemando hasta el último de mis pocos glóbulos rojos conseguí correr 200 metros en 24.9 pero si Mortensen me dice que lo debo repetir 15 veces, ¿quién soy yo para negarme?
Mi ansiedad a esta altura no tenía limites y llegué al Miércoles.
“Miércoles: Correr 8 veces 400 metros en 57 segundos aproximadamente, cada carrera”.
Genial; matemático, si uno puede correr 8 veces los 400 metros en 57 segundos en un entrenamiento, ¿cómo no va a bajar los 58 segundos en la carrera?
Besé el libro emocionado y ahí al correrse las páginas tuve la primera desilusión ya que leí que el libro era la quinta edición de una publicación de 1960.
Tomé la calculadora y comparando records corregí la tarea para el día Miércoles:” correr 8 veces 400 metros en 47 segundos aproximadamente, cada carrera”; al mismo tiempo 200 metros en 21 ó 22 segundos, aproximadamente cada una”.
Esto decía el libro íntimo del seudo-Atleta Manuel Vila, que apareció perdido en una pista de la ciudad de Buenos Aires, el martes 21 de Septiembre de 1982.
Fuente: Revista "A sus Marcas" del Club Argentino de Atletismo, 1982

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